En la naturaleza, encontrar un buen lugar para criar no siempre es fácil. La tala de árboles viejos, la excesiva urbanización y la agricultura intensiva han hecho que muchas aves pierdan los huecos naturales donde antes anidaban. Por suerte, cada vez más personas instalan cajas nido en jardines, huertos, campos o incluso balcones, convirtiéndose en auténticos aliados de la biodiversidad.
Pero, ¿qué especies de aves usan realmente estas cajas en España? La lista es larga y fascinante. Te invitamos a descubrirlas y, quién sabe, quizás a recibir muy pronto nuevos inquilinos alados.
Los pequeños insectívoros que no paran de trabajar
Uno de los más agradecidos es el carbonero común, un pájaro inquieto y curioso que se adapta bien a parques, jardines y cultivos. Le encantan las cajas con entrada circular y paredes sólidas. Durante la época de cría puede alimentarse de miles de orugas, ayudando sin que te des cuenta a mantener el equilibrio natural en tu huerto.
Junto a él, aparece su primo el herrerillo común, más pequeño y con su característica "capucha" azul. También utiliza cajas nido, pero con orificios más estrechos, ya que así evita que otras aves más grandes le quiten el sitio. Verlos entrar y salir incansablemente con insectos en el pico es todo un espectáculo primaveral.
Las aves de pueblo… que ahora buscan refugio
Los gorriones comunes, antaño omnipresentes en pueblos y ciudades, hoy están en declive por la falta de lugares donde anidar, entre otros factores. Las cajas nido pueden ser una gran ayuda para ellos, sobre todo si se colocan varias juntas, imitando la vida en colonia que tanto les gusta. Su primo, el gorrión molinero, también las utiliza, aunque prefiere zonas más rurales.
Y si de bandadas ruidosas hablamos, no podemos olvidar al estornino negro, un imitador nato que aprovecha cualquier hueco disponible, incluida una buena caja nido con entrada amplia. Suele criar en grupo y es especialmente beneficioso para controlar insectos en zonas agrícolas.
Invitados de piedra, muro o rama
Hay aves que prefieren cajas nido más abiertas, como el simpático colirrojo tizón, que aparecen en muros y cobertizos, incluso cerca de la actividad humana. O el petirrojo, que con su pecho rojo intenso busca lugares más discretos, tranquilos y bien vegetados.
También podemos encontrar usuarios más selectivos, como el trepador azul, que llega a reducir el tamaño del agujero con barro si le parece demasiado grande. O el curioso agateador común, que necesita cajas adaptadas a su modo de vida, trepando por la corteza de los árboles.
Rapaces nocturnas que agradecen tu apoyo
Al caer la tarde, otras especies más sigilosas pueden ocupar las cajas nido. El autillo europeo, por ejemplo, es una pequeña rapaz nocturna que viaja desde África cada primavera para criar aquí. Acepta bien cajas nido profundas, colgadas de árboles o postes en olivares y zonas tranquilas.
Si tienes una finca agrícola, puedes ayudar al mochuelo europeo, un excelente cazador de insectos y roedores que se adapta muy bien a las cajas horizontales. Incluso la lechuza común, una gran aliada contra los topillos en campos de cultivo, agradecerá una caja amplia en el desván o el granero.
Y si hablamos del bosque, no olvidemos al cárabo, una rapaz robusta y discreta que necesita refugios grandes y seguros para criar sin molestias.
Cazas voladoras y especialistas del aire
No todas las aves aceptan cajas nido cerradas. Algunas, como los vencejos comunes, solo anidan en estructuras muy específicas, instaladas a gran altura y con entradas horizontales. Estas aves pasan casi toda su vida en el aire, pero si les facilitas un hogar, volverán cada año al mismo lugar con sorprendente fidelidad.
Lo mismo ocurre con las golondrinas y aviones comunes, que construyen sus nidos en aleros y techos. Existen modelos artificiales de nido de barro que puedes instalar para facilitarles la tarea, sobre todo en zonas donde el acceso al barro escasea.
¿Por qué es tan importante ayudar?
Cada caja nido que instalas es una oportunidad para que la naturaleza recupere el espacio que ha perdido. No solo ayudas a las aves, también te beneficias tú: control de plagas de forma natural, más vida en tu entorno y el placer de observar el ciclo de la vida desde tu propia ventana.
Las cajas nido no son todas iguales. Según la especie, variará el tamaño, forma y ubicación ideal. En Los Nidos de David, diseñamos modelos adaptados a cada tipo de ave, pensados para durar y respetar sus necesidades reales.
¿Te animas a darles un hogar?
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